domingo, 18 de agosto de 2013

Cuerpo Celeste



Una ciudad tan grisácea como esta oculta siempre sus estrellas. Por esto, un astrónomo jubilado como yo suele aburrirse demasiado. Sin embargo, se me es imposible despegar los ojos del cielo en busca de sorpresas nunca notadas. Fue así como un día di con mi último descubrimiento: brillante, violácea y a años luz de todos nosotros. Perfecta y con una simpática afición por los calzones con corazoncitos. Supe que la llamaban Celeste y que vivía en lo más alto del edificio vecino. Desde entonces, me limito a contemplarla eludiendo a los decanos y observatorios que intentan arrebatármela.  





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